El Jardín Botánico de Magacela reúne una gran variedad de plantas autóctonas representativas de la flora de Extremadura y de la zona protegida “La Serena y Sierras Periféricas”. Es un espacio creado para realizar actividades de educación ambiental y favorecer el conocimiento y protección de la vegetación propia de este entorno mediterráneo.
La colección de plantas del jardín comprende más de 50 especies distintas, la mayoría agrupadas en base a sus necesidades de agua y entornos que ocupan en la naturaleza. También se han mezclado especies para favorecer diferentes desarrollos y observar la respuesta de la planta a las distintas condiciones.
La presión humana generada por el uso intensivo de los suelos ha obligado a gran parte de la vegetación a refugiarse en montañas o en zonas inaccesibles. Las amenazas son muy diversas, por lo que aquí solo vamos a citar algunas de las más comunes y/o más graves de nuestra región:
1. Especies exóticas: Son plantas procedentes de otros países, como el eucalipto (Australia) o la acacia (Asia), que se han plantado para aprovechar su madera o bien se han utilizado -erróneamente- en jardinería. Algunas han prosperado fuera de las zonas de plantación (invasoras) y sustituyen a especies propias de Extremadura, como sucede con el Ailanto, que desplaza al Olmo en su área de distribución. En el jardín encontramos acacias o cinamomos, por ejemplo, y cerca podemos ver eucaliptos en las laderas de la sierra.
2. Alteración del hábitat: Cultivos intensivos, grandes embalses o urbanización incontrolada que acaban con multitud de comunidades vegetales.
3. Incendios. La vegetación mediterránea lleva miles de años sometida a un régimen de incendios y hay plantas, como la Jara o algunas coníferas, que están adaptadas a estos incendios. El problema es la elevada frecuencia con la que se suceden en la actualidad (por causas humanas) que impide la regeneración del arbolado y, en consecuencia, deja el suelo desnudo y estéril.
4. Malas prácticas: Podas abusivas que dañan las encinas y alcornoques de las dehesas, sobrecarga ganadera que genera compactación del suelo y falta de regeneración del arbolado, envejecimiento de las dehesas (más del 80% de nuestras dehesas se encuentran envejecidas), son algunos de los ejemplos de la errónea gestión del hombre sobre las comunidades vegetales que lo sustentan.
Los beneficios de las plantas son variados, desde los más esenciales como alimento, oxígeno, captación de CO2 o usos medicinales, hasta otros más desconocidos como son su capacidad de generar humedad ambiental, beneficios sicológicos como reguladoras de estrés, regulación de temperatura ambiental, capacidad para crear sombra en épocas de elevada temperatura, estéticos y decorativos, extracción de nutrientes del suelo, refugio de fauna, etc.
En definitiva, los seres humanos necesitamos a las plantas y es importante colaborar en su conocimiento y propagación. En el contexto de cambio climático en el que nos debatimos hoy, las plantas son aliadas con su labor como captadoras de CO2, gas de efecto invernadero que los humanos hemos liberado a la atmósfera y que está elevando la temperatura global. Por eso es importante conocer nuestra vegetación, con un paseo por este Jardín Botánico, y ayudar plantando y conservando árboles autóctonos como la encina, el alcornoque o el olmo, en beneficio de las generaciones futuras.
Descargar folleto del Jardín Botánico:
PLANO DE UBICACIÓN DE LAS PLANTAS EN EL JARDÍN BOTÁNICO